"Sevilla tiene un color especial". Lo avisaron Los del Río en su popular canción y lo atestiguan los miles de turistas que cada año llegan a la capital hispalense para empaparse de la cultura andaluza en sus calles.
La Giralda, la Plaza de España, la Torre del Oro o la Catedral de Sevilla a menudo se llevan todas las miradas, pero en la ciudad del Guadalquivir hay otros muchos monumentos que merece la pena visitar. Uno de ellos es su Ayuntamiento.
Ayuntamiento de Sevilla
Situado en el casco antiguo de la ciudad, la Casa Consistorial sevillana es una de las mejores representaciones de la arquitectura plateresca hispalense. Empezó su construcción en el siglo XVI por orden del rey Carlos V, y se reformó en el siglo XIX tras el derribo del convento de San Francisco (que fue ocupado militarmente, sufrió dos incendios y la exclaustración), lo que reorientó su fachada a Plaza Nueva con su actual aspecto neoclásico.
En su interior, además, esconde una bóveda con casetones —con las imágenes de los reyes talladas en la planta baja— y pinturas como la Inmaculada y el retrato de Fray Pedro de Oña, de Zurbarán, La procesión de Santa Clara y La derrota de los sarracenos de Valdés Leal.
Ayuntamiento de Paradas
El Ayuntamiento de Paradas comparte espacio con la Ermita de San Juan de Letrán, de la que se conserva su espectacular cúpula pese a haber sido demolida en 1942. Se trata de la ermita más antigua de la localidad sevillana, pues se tienen datos suyos de principios del siglo XVI.
Ayuntamiento de Arahal
El consistorio de Arahal está ubicado en la plaza de la Corredera de la localidad, en un edificio construido en el siglo XVI que fue reformado en los siglos XIX y XX. Destaca en su interior una galería abierta con siete arcos de medio punto sobre columnas, ubicada en su segunda planta, así como la torre situada en el centro del edificio, edificada en 1841.
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